Heridas en el alma
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Supe que existía un cementerio en la montaña del Príncipe Pío porque Jesús Marchamalo me lo mostró en aquella tarde de febrero en la que pasamos junto a sus verjas en compañía de una expedición aragonesa. Es un recinto pequeño que casi pasa inadvertido entre el edificio de la Escuela de Cerámica y el monumento que Vaquero Turcios diseñó en honor a Goya y que tanto remite al memorial del Descubrimiento que se levanta en la Plaza de Colón, y sólo se puede acceder a él concertando una visita o aguardando a que señale el calendario el mes de mayo.