Stendhal padece su síndrome
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Es probable que un día como hoy, el 22 de enero de 1817, Stendhal visitase la basílica de la Santa Cruz, allá en Florencia, y, extasiado ante la belleza de aquel templo, donde entre las de otros muchos se admiran obras de Giotto, Donatello o Filippo Brunelleschi —arquitecto que fue de la capilla Pazzi, ya en el exterior, aunque aún dentro del recinto, justo al este de su primer claustro— sintiese su famoso vértigo, su mareo, su taquicardia.